lunes, diciembre 11, 2006

Lo que sigue es una aportación del maestro José Francisco Villatoro. La reproduzco tal cual como me ha llegado a mí. Espero sirva para que los visitantes de este blog se atrevan a mandarme sus opiniones en éste y otros temas.

¡Salud!

Alegato lúdico por la pedagogía del disfrute

Las siguientes notas forman parte de las conclusiones que se obtienen después del Taller Nacional de Capacitación para la Implementación de la Propuesta Curricular de Artes para la Escuela Secundaria en la modalidad de Teatro, celebrada en la Ciudad de México los días 27, 28, 29 y 30 de diciembre de 2006 y están referidas a la cuestión de la facilitación de los procesos desde la perspectiva lúdica y son expresadas a favor de ese sentido pedagógico que varias veces hemos abordado desde su trascendencia en la enseñanza y que desde mi obsesa perspectiva particular todavía no acabamos de comprender del todo.

Ojalá que no afecten en mala onda la perspicacia de nadie ya que el ánimo con el que son expresadas se encuentra en otro sentido muy distinto al de la crítica fastidiosa.

Bien, a través del tiempo (hace más de un año) hemos discutido en las diferentes reuniones acerca del sentido lúdico del aprendizaje que destaca el papel del juego dentro de la dinámica del trabajo didáctico, se ha dicho que las actividades tienen que guardar el sentido del sabor del juego para que el alumno pueda entrar en su dinámica sin tanta resistencia, una de las razones que se exponen para entender lo anterior es que en el juego el alumno se relaja y puede disponerse con mejor ánimo a lo que se pretende, uno de los papeles didácticos del juego es desdramatizar las tensiones propias de la costumbre de aprender bajo presión y de modo obligado y coercitivo. El secreto del juego está en que es la forma privilegiada con la que todos aprendemos, el juego es divertido pero también altamente formal, las reglas del juego siempre existen para poder acceder a su ejecución, nadie puede jugar si no está de acuerdo con las normas, pero si las normas son mínimas entonces es probable que exista mayor disposición para su práctica. Desde niños aprendemos a través del juego.

Se aprecia a través de algunas palabras y discursos un dejo de desaire al mencionar al juego como herramienta de aprendizaje, y nosotros decimos que no se trata sólo de un simple accesorio sino de toda una praxis que sustenta la supremacía del placer sobre la tortura del aburrimiento y el hastío en el aula.

No queremos emprender una perorata sobre el papel del juego en el aprendizaje, sostenemos que es la única forma que hay de aprender con placer.

Escucho cierto desdén cuando se dice que no hay que jugar por jugar. Es cierto que hay que encontrarle sentido al juego pero también es cierto que no debemos temerle cuando se trata sólo de jugar. Es cierto que no hay que permanecer todo el tiempo ahí, como también es verdad que no podemos pasar a otra cosa más difícil cuando no hemos superado lo más elemental, tal vez cuando rescatemos al juego de ese rincón de castigo necesitemos tener el tiempo suficiente para restituirlo como toda una metodología de enseñanza.

Por ejemplo los alumnos no aprenden la cooperación para el trabajo en equipos sólo con verborrea y palabras de exhortación por parte de los maestros, el alumno no asimila la palabra sólo porque la dice y ordena el adulto cuando tiene que experimentar el riesgo y la tolerancia como parte de la situaciones de aprendizaje. Para ser solidario el alumno necesita entre otras vivencias errar y fallar, experimentar y ser su propia autoridad.

Es verdad que hay que encontrarle sentido al juego sin embargo hay veces que sólo hay que dejar y hacer jugar, esperar para que aparezcan los diversos significados. Jugar es evolucionar la complejidad hasta donde pueda llegar, no hay que olvidar ni un instante que lo que hace que el juego sea o parezca mágico es precisamente su carácter ilimitado, siempre se puede llegar más lejos.

Las connotaciones peyorativas hacia el juego niegan el pensamiento artístico ya que las experiencias estéticas son intrínsecamente placenteras.

Se advierte temor cuando se expresa que la disposición de tiempo para el disfrute es güeva, que la pérdida de tiempo es contraproducente para la creatividad y que resulta improductiva. Se olvida fácilmente que el proceso creativo requiere de ese espacio de gestación donde no importa disponer del tiempo para reflexionar y que la mente reorganice las ideas que servirán posteriormente para encontrar las respuestas a los diversos problemas.

La expresión creativa no surge entre cadenas y cerrojos mentales, hay que distraerse, despegarse de la zonas conocidas y hay que ir más lejos para explorar otras ideas y pensamientos sin presión ni prejuicios.

El juego es el fondo donde se realizan los descubrimientos, es el escenario donde aparecen los pensamientos construidos desde la simiente de la experiencia despojada de las presiones curriculares.

Es necesario revivir el valor formativo del juego para mantener su presencia dentro de la planeación de las actividades y la evaluación de una forma creativa, ese es el secreto, un juego poco creativo decae en aburrimiento mientras que una actividad lúdica que permita la expresión puede lograr la atención y la relajación.

La evaluación debe ser una oportunidad para que el alumno pueda practicar la honestidad, la sinceridad, la objetividad y la responsabilidad de su propio proceso de aprendizaje.

Se ha enfatizado sobre el valor de disponer del tiempo en lugar de que el tiempo disponga de nuestras actividades, pero en el fondo parece surgir una resistencia lógica a sus aplicaciones ya que se parece estar demasiado ensimismado por los contenidos. Ojo, una cosa es sentirse abrumado por la carga de contenidos y otra muy distinta no saber integrar o transversalizar contenidos, para eso sirve la creatividad, entre otras cosas, para aplicarla a la planeación.

También se aprecia una cierta y respetable reticencia para sostenerse en ese planteamiento. Parece prevalecer un reconocido temor al cambio que nos exige la transformación de la enseñanza.

Me pregunto a dónde ha ido a parar la idea que alguien expresaba en esa reunión cuando decía que la güeva es creativa. Recuerdo la terrible conmoción cuando en otra ocasión nos atrevimos a decir que en didáctica: perder el tiempo es ganar el tiempo.

Es común que las palabras se caigan cuando llega el momento de sostenerlas con los actos, no cabe duda que la identidad del docente cambia como la noche y el día. Las contradicciones son parte de la práctica docente en la medida en que se construye y reconstruye cotidianamente.

Juego y aprendizaje son la misma cosa y ni siquiera pueden separarse como se afirma continuamente, hay que revisar lo que se dice cuando se expresa que hay que aprender jugando, eso es relativamente cierto en la medida en que no podemos distinguir fácilmente dónde empieza uno y termina el otro. Por mi parte sostengo que no hay por qué separar estos conceptos sobre todo a la hora de pensar en el diseño de experiencias de aprendizaje y de instrumentos de evaluación.

El juego de diseño creativo de actividades e instrumentos es posible en la medida en que se sostenga este principio donde prevalezca ante todo el placer de actuar y pensar de forma lúdica. El temor de caer en el juego por el juego es una forma de decir que el juego puede lograr un aprendizaje poco serio y alejado de los verdaderos propósitos de enseñanza.

Quizá detrás de este subrayado temor se encuentre la dificultad más grande para alcanzar a comprender que el juego es el arma más poderosa en la empresa educativa por su alto poder desculpabilizador y movilizador.

Por un lado el juego desprende al alumno de su forma habitual de actuar y le brinda la posibilidad de entrar en otra dinámica que no le exige demasiada rigidez para actuar y esto en la medida de los procesos sirve de apoyo en la implicación del alumno en su propio aprendizaje. Un alumno despojado de sus tensiones puede atender más fácil, puede lograr mayor concentración y además otorgarle múltiples significados a sus propias experiencias.

No estamos diciendo que el juego esté separado del aprendizaje, ni siquiera que es un pretexto para lograr mejores resultados en el rendimiento de los alumnos. Lo que queremos compartir con ustedes es el hecho de que el juego sea considerado el medio privilegiado para desarrollar el pensamiento.

Ningún producto resulta duradero cuando se elabora con prisa y desgano, el aprendizaje significativo para la vida no surge en condiciones cerradas y aisladas de la expresión, y la expresión lúdica es la única forma que adquiere el saber cuando no existe la presión de hacer todo correcta e infaliblemente, entonces aprender adquiere el sabor que tanto miedo causa a los sesudos educadores que buscan alternativas y estrategias fuera de su campo visual cuando lo que está ante sus ojos son los deseos de los alumnos por disfrutar lo que aprenden.

Finalmente quiero decirles que no hay que temer que el juego nos rebase, en la medida en que lo conocemos mejor nos desenvolvemos más fluidamente entre sus misteriosos entreveros, atrevámonos a conocer mejor este maravilloso don que nos regala la vida para disfrutarla al mismo tiempo que ampliamos nuestra existencia de una manera más sabrosa y exquisita.


Les deseo buen fin de año 2006 y un mejor principio del 2007 a pesar de los pesares...

Atentamente

José Francisco Villatoro

2 comentarios:

Unknown dijo...
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